lunes, 20 de octubre de 2014

INTROIBO AD ALTARE DEI

Ítaca queda lejos. Después de una noche surcando insomnios, con ascuas en los párpados y las sienes ceñidas por la pesadez, el día se presenta como la comida para un enfermo que ha perdido el apetito, como el café en una mañana de resaca.
El alarido de los trenes que tanto le gustaba a Marinetti se cuela por la ventana y puedo ver a los viajeros que esperan en los andenes a que un cercanías los lleve.
Vivir al lado de una estación, aunque sea una estación de pueblo, te inviste un poco de Tiresias y lo ves todo sin ver nada. Es como mirar los trailers de cientos de películas que sabes que nunca verás, que no se han hecho para ti y aún así no puedes quitarles el ojo de encima; son sirenas.
En el parque los niños juegan y gritan. No temen nada todavía.



10 comentarios:

  1. Ya no estoy acostumbrado a hacer comentarios en los blogs. El Facebook me ha corrompido. ;)

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  2. Qué buena noticia, un blog de Pablito... Ya era admiradora, ahora además soy "seguidora". Gracias por lo que vendrá.

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  3. Iba a poneros un "me gusta" pero aquí no se puede. Un placer veros por esta vuestra casa.

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  4. Enhorabuena, va a ser difícil mantener el nivel. Muy buenos post. Ánimo.

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  5. Gracias, Luis. Intentaré que no os aburráis mucho.

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